Cada vez es más común oír hablar acerca del diseño centrado en las personas y es que, con el tiempo, la industria se ha dado cuenta que una de las vías de innovación más exitosas es la innovación centrada en las personas, en la que se trata de aportar un nuevo valor a los usuarios. En este post te damos 6 tips para que puedas empezar a aplicar estas teorías a tu negocio.
1. EMPATÍA
La empatía es la clave para cualquier proceso de diseño centrado en las personas. Entender a las personas y usuarios es un gran esfuerzo: entender sus necesidades, por qué y cómo hacen las cosas, qué es lo que realmente les aporta valor, etc. El contexto en el que se enmarca el reto de diseño requiere mucho esfuerzo, trabajo y dedicación. Este trabajo debe empezar por potenciar la capacidad empática del diseñador. Debemos ser capaces de “meternos en los zapatos de nuestros clientes y usuarios” ya que, solo de esta manera, podremos diseñar soluciones que tengan sentido para ellos.
2. OBSERVACIÓN
Observar a las personas y cómo estas interactúan con su entorno es la mejor manera de empezar a generar empatía con ellas. Desarrollar un buen rol de observador es clave para entender a nuestros usuarios. A través de la observación podemos recolectar ideas de cómo el usuario se siente en un entorno determinado, cómo es su relación con este entorno, qué es lo que verdaderamente necesita, etc. Podemos captar desde manifestaciones de sus experiencias, hasta lo que dice y hace en esa situación.
Lo que hacen nuestros usuarios no siempre concuerda con lo que dicen que hacen; por ello, la observación es clave a la hora de conocer a nuestro usuario. Hoy en día resulta habitual que los insights más relevantes suelan venir de la observación de los usuarios.
3. CONVERSACIONES CONSCIENTES
Los sistemas de pensamiento y los valores nos guían a ser quién somos y a hacer las cosas de cierta manera. Estos sistemas de pensamiento no suelen ser obvios para el diseñador, son complejos y a veces incoherentes o poco racionales. Mantener una buena conversación con los usuarios y personas involucradas resulta un paso clave para entender sus necesidades. El reto del diseñador en este caso es conseguir reflejar cómo se sienten y actúan los usuarios de la manera más verdadera y auténtica posible, ya que, como ya hemos comentado, lo que hacemos no siempre concuerda con lo que decimos que hacemos.
4. IMÁGENES Y ARTEFACTOS
En ocasiones puede resultar útil dibujar nuestras ideas de manera rápida y enseñárselas a los usuarios. Aunque la idea no esté construida o clara al 100%, estas técnicas pueden fomentar abrir nuevas vías de conversación. Si les damos a las personas algo a lo que pueden reaccionar, podemos descubrir algo nuevo sobre ellas. Pueden aparecer temas como la privacidad, comodidad, el precio o preocupaciones del usuario que van a ayudarnos a entenderlo mejor. Usar objetos y artefactos para entender a las personas suele llevar a nuevas respuestas y maneras de entender al usuario.
5. APRENDER DE LOS EXTREMOS
Al buscar personas para observar o entrevistar debemos tener en cuenta los casos extremos. Pensar en quién podría tener los valores contrarios a tu grupo de usuarios y por qué, puede abrir nuevos caminos y respuestas que aporten valor al proceso de diseño. Personas que tengan conductas extremas ya sea dentro de tu grupo de usuarios como fuera. Cualquiera de los extremos del espectro de usuarios pueden darnos indicaciones clave sobre el comportamiento de las personas.
6. SÍNTESIS
Tras la generación de empatía y la observación, es necesario procesar la información y ser capaz de organizarla y clasificarla de una manera que tenga sentido. Reúnete con tu equipo, comparte historias, procesa y descomprime todos los aprendizajes. Una buena manera de sintetizar la información es mediante la generación de mapas conceptuales.
Identifica patrones o señales, elementos que se repitan en la experiencia de varias personas. Es importante saber generar una buena base de información ya que esta investigación va a formar los cimientos del proyecto, por lo tanto, debe ser sólida. Todo este conocimiento va a transformarse en un reto de diseño a desarrollar por lo que el éxito de la resolución del reto recae directamente en la información recopilada durante la investigación de personas.
Metodologías como el Design Thinking, Service Design, User Centered Design o UX Design se centran en el aprendizaje de las personas y usan esta información como punto de partida para crear productos y servicios. Sin embargo, debemos tener la capacidad de ir más allá de los resultados de la investigación, usar el pensamiento crítico y la estrategia. A menudo muchos procesos de innovación centrados en las personas se quedan en la fase de ideación y no llegan a ser implementados. También hay procesos de innovación centrados en las personas que idealizan al usuario y no extraen la información relevante para innovar. Por lo tanto, el diseñador debe poder satisfacer las necesidades de sus usuarios y a su vez las del negocio y la empresa. De este modo las soluciones se implementarán, tendrán cabida en el mercado y podrán aportar un valor positivo al mundo ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas.