Amigos developers, diseñadores, project managers, product owners, CEO, CMO… venimos a contaros algo, que esperamos, no os suene a nuevo: PRO-TO-TI-PA-JE. En un anterior post sobre design thinking ya abordamos este tema, pero hoy vamos a concretar un poco más en mundo de los prototipos. ¡Vamos a ello!
Sí, dejemos por favor de empezar desarrollos a ciegas, dejemos de invertir dinero, dinero y más dinero en algo que no sabemos ni si quiera si va a gustar -por cierto, no nos sirve la opinión “objetiva” de nuestros amigos, jefes o familiares- Debemos empezar a probar nuestras ideas, sean mobile o no incluso antes de que exista.
Y, como aquí hablamos de apps, qué mejor manera de probar una app que con un buen prototipo. Un prototipo puede ser de alta fidelidad, podríamos llegar a creer que es la app final si no fuera porque no nos devolvería datos reales; o bien y más sencillo aún, de baja fidelidad dibujando en papel. Para hacer un prototipo, no necesitamos saber utilizar el pack de Adobe, ni Sketch. Papel y lápiz, nada más. Así que, dibujemos nuestras pantallas, fotografiémoslas y crearemos un flujo de interacción. Así de fácil. Aquí algunas herramientas: MarvelApp, Flinto, Invision o Justinmind.
Un caso práctico en el que en SlashMobility solemos utilizar un prototipo es en las primeras fases de crear las apps para nuestros clientes. Después de las primeras reuniones donde nos explican sus necesidades y una vez tenemos un briefing definitivo, lo trasladamos a UX. Entonces, con unos wireframes de media fidelidad creamos un recorrido de interacción para que ambas partes -nosotros y nuestro cliente- veamos si estamos yendo en la misma dirección. Si esta primera puesta en común es efectiva, si todos estamos convencidos de que vamos por el mismo camino, entonces seguimos evolucionando el producto. Y en siguientes fases empezamos a involucrar perfiles del público final de la app. Este primer caso nos ayuda a ver que tanto el cliente como nosotros mismos tenemos las mismas ideas en mente. También podríamos hacer prototipos para validar la usabilidad, para validar la arquitectura de la información, otros más realistas para validar diseño, interacciones… O simplemente para que nosotros, como diseñadores, comprobemos que nuestro trabajo funciona en cuanto a legibilidad, contraste de colores, tamaño de imágenes, etc.
Y así, podremos saber si nos estamos equivocando -o no- a tiempo. Podremos plantear tantos cambios como queramos, rápidamente e iterar sin parar. ¡Ah! y no debemos olvidarnos de que podemos compartir estos prototipos online con compañeros, clientes o amigos.
Después de este ciclo de -que si quisiéramos podría ser eterno- entonces sí, entonces llamamos a los developers y que se tiren a la piscina, pero esta vez se tirarán con un buen flotador. ¡Ya no hay excusas¡ Y vosotros ¿os apuntáis al prototipaje?
Autora del post: Marina Jurado (@MarinaJG27), UI & UX Designer en SlashMobility]]>