Desde hace años, en el mundo de la dirección de proyectos conviven dos escuelas distintas de gestión: la que podríamos llamar Predictiva, encarnada por referencias como PMBoK (PMI) o PRINCE2; y la Ágil, que agrupa diferentes escuelas como Scrum o Kanban. Desde el punto de vista de un cliente, alguien que quiere que le desarrollen una aplicación móvil en nuestro caso, cada una tiene unas características específicas. Del mismo modo, para quienes nos dedicamos al mundo del desarrollo de soluciones mobile también encontramos diferencias a la hora de trabajar de un modo u otro. Hoy, nuestro SlashBoy Javi Martín, nos explica las características de ambas escuelas tanto desde el punto de vista del cliente, como del proveedor.
El cliente agile perfecto
- Siempre esté dispuesto a comprometerse de manera continuada durante el desarrollo del proyecto.
- Tiene una idea básica de lo que quiere, pero desea tener la posibilidad de ir adaptando el alcance del proyecto según vaya avanzando.
- No parte de un alcance cerrado y está dispuesto a ir desarrollando el proyecto hasta que decida que el valor aportado por la siguiente iteración ya no va a compensar el coste de la misma.
- No va a exigir llevar a cabo un determinado desarrollo con un presupuesto específico sino que confía en el equipo de proyecto y desarrollará el producto hasta quedarse sin presupuesto (o hasta que se dé la condición del punto anterior).
- Quiere «ir tocando el producto» lo antes posible, sin esperar al final del proyecto. Incluso se plantea poner en producción un MVP de manera controlada para tener feedback del mercado y decidir en consecuencia sobre la evolución del producto.
El cliente predictivo perfecto
- Quiere hacer seguimiento del proyecto pero sin comprometerse a trabajar codo con codo cada semana con el equipo de proyecto. Prefiere hacer un seguimiento por hitos.
- Desde el inicio del proyecto, ha definido el alcance de forma exacta y busca que el equipo de proyecto lo desarrolle de la forma más fidedigna posible.
- El alcance, el presupuesto, el plazo de desarrollo y la calidad están definidos y cerrados desde el inicio del proyecto.
- Las variaciones no son negociables. Se controla que el desarrollo se ajuste al presupuesto pactado inicialmente.
- No quiere versiones parciales del producto final. Quiere un producto que disponga de todas las características definidas por él al inicio del proyecto y que esté disponible en la fecha prevista.
A la vista de estos perfiles de cliente, parece claro que la cultura empresarial, el sector al que pertenezca y el tipo de producto a desarrollar marcarán en qué entorno, ágil o predictivo, se encuentra más cómodo. Por ejemplo, el desarrollo de software se adapta bastante bien a la filosofía ágil de trabajo. Sin embargo, y sin salir del entorno tecnológico, si queremos montar un CPD (Centro de Proceso de Datos) probablemente lo abordaremos de forma predictiva.
¿Y qué ocurre con los equipos de trabajo?
¿Funcionan igual en ambos casos? Definitivamente no. Un equipo que trabaje con filosofías ágiles deberá:
- Encontrarse cómodo en la ambigüedad. En las fases o sprints iniciales el producto final probablemente no estará bien definido.
- Estar dispuesto a incorporar al cliente en el equipo, por ejemplo empleando la figura del product owner y trabajar codo con codo con él desde el principio.
- Estar abierto a los cambios en las prioridades de las tareas o en el alcance a medida que avance el proyecto y el cliente vaya teniendo más claro el resultado final esperado o en base al feedback que vaya proporcionando al probar el producto desarrollado hasta el momento.
- Proporcionar valor adicional en cada entrega.
Por otra parte, un equipo en el ámbito de un proyecto predictivo deberá:
- Exigir el máximo de definición del resultado final esperado desde el inicio del proyecto (project charter).
- Ajustarse al máximo al presupuesto, tiempos, alcance y calidad definidos.
- Ser muy estricto en el control de cambios. Las variaciones solicitadas por el cliente deben ser analizadas, estimadas, valoradas y aprobadas antes de incorporarlas al alcance del proyecto.
- Ser consciente de que el valor se entrega al final del proyecto, o en entregables parciales que se puedan haber acordado puntualmente.
En SlashMobility creemos que no hay una forma de trabajo idónea para todo proyecto o situación. En función de las características de tu empresa, tu sector y producto será mejor trabajar con una u otra para llegar a colaborar como verdaderos partners y conseguir el mayor beneficio mutuo.
¿Cuál es tu opinión? ¿Eres el cliente agile perfecto? ¿Tienes claro con qué filosofía te encuentras más cómodo a la hora de trabajar? Sea la que sea, en SlashMobility estaremos encantados de desarrollar tu app.